IXTAPA, GUERRERO.-Mensaje del licenciado Felipe Calderón, Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos, durante su participación en el XIII Congreso de Comercio Exterior Mexicano, celebrado en esta ciudad.
Gracias. Muy buenos días amigas y amigos.
Licenciado Carlos Díez Morodo, perdón, Valentín Díez Morodo, Presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior de Inversión y Tecnología. Con mucho afecto y cariño Valentín;
Ingeniero José Luis Barraza González, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial;
Amigas y amigos del presídium;
Amigos todos:
Yo estoy convencido de que al aceptar el desafío de exportar, desde ese momento ustedes asumieron un desafío que compartimos plenamente de hacer de lo que hacemos y de lo que somos, de hacer de nuestro México un país ganador, porque con su talento, con su trabajo, ustedes contribuyen al progreso del país y por eso me da mucho gusto reunirme con los exportadores de México.
Cuando digo un país ganador estoy, entre otras muchas cosas pero fundamentalmente, pensando en los productores nacionales porque para mí es claro, amigas y amigos, que tenemos una meta en común: hacer de nuestra economía una economía competitiva, generadora de empleo. Una convicción personal que he sostenido durante meses de campaña electoral y que sostendré firmemente a lo largo de mi gobierno.
Sé que México en este entorno global en el que afortunadamente nos tocó vivir, tiene todo para ganar y necesitamos la decisión y la convicción de todos; del gobierno sí, pero desde luego de cada una y de cada uno de los mexicanos, de quienes producen, de quienes trabajan, de quienes vivimos en este país, de sacar a México adelante precisamente en ese entorno.
En muchos pocos años México dejó de ser un país cerrado a la competencia para convertirse en una de las economías más abiertas del mundo. Durante más de una década aprovechamos las ventajas derivadas de la entrada al Acuerdo General de Aranceles y Comercio, el GAT, y posteriormente durante otra década también aprovechamos las ventajas que nos dio el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y otros tratados comerciales.
La verdad es que las cifras a groso modo de esta apertura comercial, particularmente vinculado con el NAFTA, son realmente positivas, más allá de la polémica y el debate que eso genera.
La mayor parte de la inversión que se ha generado en México, del 94 a la fecha, inversión directa, está vinculada precisamente al sector exportador, cifras que rondan el 80 por ciento.
La mayor cantidad de empleos nuevos, formales, también están ahí, de manera tal que es constatable, es evidente, que hay una ganancia clara en términos de inversión y en términos de empleo para México.
También, además, contra aquel viejo argumento que implicaba que la apertura comercial, suponía, condenar a México a tener permanentemente una economía de salarios bajos, los salarios vinculados al sector exportador son más del 40% superiores en promedio al del resto de la economía, sin contar además los beneficios que ha traído para el consumidor, para el productor, en términos de bienes de consumo y de insumos productivos, esos términos de apertura.
Estas decisiones fueron importantes y nos permitieron ganar en pocos años posiciones clave en los mercados internacionales. Hoy, México representa más del 40% del comercio exterior en América Latina, 3 cuartas partes de las manufacturas de la región, de las exportaciones manufactureras son de nuestro país y somos el octavo exportador a nivel mundial.
La verdad es que hemos avanzado pero hoy enfrentamos condiciones nuevas y distintas.
Hay que decirlo con toda claridad de que las ventajas competitivas que tuvimos durante muchos años se han ido cerrando en la medida en que otros país se incorporan, y además debo decir se incorporan con mayor audacia a los mercados internacionales.
China, India, Corea, algunos países de América Latina, los países que conformaron en su tiempo el bloque socialista detrás de la Cortina de Hierro, que por cierto esta semana se conmemora un aniversario más de ese histórico hecho, la caída del Muro de Berlín, han avanzado muchísimo más aprisa que México, entre otras cosas, en las llamadas reformas de segunda generación, lo que les ha permitido avanzar sustancialmente en el comercio internacional.
Yo estoy convencido de que debemos y podemos además recuperar nuestras posiciones, tenemos que hacer un esfuerzo conjunto, además hacerlo sin barreras, sin complejos, sin miedos, sin mitos, para que México recupere esa posicion.
Me queda claro que no es una alternativa elegible para los países el estar en un mundo globalizado o no, la tecnología que en últimos años ha saltado de manera dramática, que ha impulsado una verdadera revolución, un cambio en la civilización del tamaño del que fue en su tiempo, por ejemplo, el Descubrimiento de América, a mi juicio, o por lo menos equiparable a la Revolución Industrial hace 2 siglos. Hoy estamos viviendo, precisamente, un fenómeno sustancialmente equiparable: el teléfono celular, la capacidad de transmisión de datos al bolsillo de un consumidor o un productor de cualquier parte del mundo, las transferencias económicas que se hacen con la tecla de una computadora, el volumen de información, el desarrollo del comercio internacional.
Todo eso ha hecho que hoy el mercado es global, hoy el juego de los consumidores y los productores no se limita por las fronteras geográficas de los países.
La alternativa que debemos decidir entonces es, no si optamos por ser parte de un mundo que está abierto o no, sino si somos parte de ese mundo en calidad de perdedores o si nos decidimos a ser parte de ese mundo en calidad de ganadores y yo claramente prefiero y sé que ustedes lo prefieren, ser parte de un mundo en calidad de ganadores y eso es lo que vamos a hacer.
Es un esfuerzo que no puede hacer sola la sociedad o los empresarios y eso lo sé, y también en equilibrio y en descargo déjenme decirles es un esfuerzo que tampoco puede hacer solo el gobierno. Sí quiero decirles que me queda muy claro que no hay economía competitiva si no hay, también, gobierno competitivo.
Hay, desde luego, muchos obstáculos, lastres, barreras que tienen que enfrentarse, compromisos de carácter laboral, obligaciones derivadas de una política de contratación colectiva asumida durante décadas en el propio gobierno.
Hay también nuevas restricciones, como tienen que ser las que tienen que ver con el marco regulatorio del Servicio Civil de Carrera y otras, pero me queda muy claro, amigas y amigos, que el Gobierno mexicano tiene que poner su parte para racionalizar y emplear mejor los recursos de todos los mexicanos.
Me queda claro también que en la economía de hoy ganan los productores que producen más y mejor con mejores costos; yo diría como siempre, y precisamente para que eso ocurra tenemos que tener mejor acceso a tecnología de punta, tenemos que tener una mano de obra en mejores condiciones, mucho más calificada, mucho más entrenada y tenemos también que generar ganancias logísticas en la producción, en la distribución, en el acceso a mercados de nuestros productos en la reducción de costos de transacción.
Yo por eso quiero que México siga avanzando y avance más rápido en materia de competitividad, no veo otra alternativa, tenemos que ponernos de acuerdo para tomar las decisiones que se requieren con un solo objetivo, producir con más calidad y producir a menores costos de lo que hacen nuestros competidores.
Algunas medidas van a requerir un esfuerzo político extraordinario, yo diría que todas en mayor medida lo requerirán, pero sobre todo las que tienen que ver con modificar de fondo la manera en que se producen y se generan bienes y servicios en México; ¿cómo tener acceso a energéticos más baratos?, y eso implica precisamente transformaciones en ese sector.
¿Cómo tener, también, contribuciones que no le resten competitividad a las empresas y a los productores?, y eso implica también el marco tributario.
¿Cómo comprometer menos la enorme presión que tienen las finanzas públicas del país, particularmente por los temas pensionarios, que a final de cuentas, si no lo resolvamos ahora, y tengámoslo por seguro no será sin costos, van a comprometer terriblemente el futuro del país?
Hay otras acciones que sin implicar, incluso, cambios legislativos pueden ayudarnos a detonar ganancias adicionales en competitividad, es mi convicción de que en el sector de infraestructura tenemos una enorme oportunidad.
Para muchos por ejemplo todavía ronda, y con cierta razón, el argumento de que la macroeconomía puede ser buena pero que no le sirve a los ciudadanos, que no les llega a su bolsillo. La verdad amigos es que hay parte de razón en ello pero también hay que decirlo, una economía estable como la que ahora tenemos y que ha costado enormes sacrificios construir, es una economía que nos permite financiar el futuro.
Nos permite, como ya ha ocurrido en México, tener una expansión inédita, por ejemplo, en materia de vivienda, y hoy les digo que también nos permitirá, si sabemos tomar las decisiones oportunas y correctas, financiar en términos rentables, en el propio mercado, las enormes necesidades de infraestructura que tiene el país en términos de carreteras, de puertos, de aeropuertos, de vías ferroviarias.
Tenemos que aprovechar de manera clara nuestra enorme situación geográfica privilegiada.
Tenemos, además, que invertir gobierno, sociedad y empresarios, en otros factores clave, quizá lo más valioso, nuestra principal riqueza, que es el valor humano, el capital humano.
Un gran esfuerzo nacional para mejorar la educación y la capacitación de calidad.
Y, desde luego, seguir avanzando y hacerlo con honestidad, verdaderamente detenernos a ver qué cosas sirven de la enorme, engorrosa regulación que tenemos y cuáles no y verdaderamente hacer un esfuerzo mayor en mejora regulatoria, en transparencia y rendición de cuentas, particularmente rendición de cuentas no sólo en el ámbito federal, que honestamente se ha avanzado mucho, sino en los ámbitos locales.
Por otra parte, amigos, también es clave fortalecer nuestro sistema financiero y nuestro mercado de capital. Es cierto, también una ventaja adicional que sí le llega al bolsillo del consumidor, por cierto, es la reducción en las tasas de interés, en la prolongación de los plazos de contratación de deuda, lo mismo para un padre de familia que puede ahora adquirir una vivienda a pagar hasta en 30 años, en el caso de algunos programas en México, como para una empresa o para el gobierno que por ejemplo la semana pasada logró hacer una emisión de bonos a 30 años, incluso a tasas menores al 10%, a 8 y pico por ciento.
Esos son beneficios que se perciben finalmente en el ingreso de las empresas y en los bolsillos de los consumidores; sin embargo para mí el objetivo todavía está por alcanzarse, el objetivo mayor cuál debe ser.
¿En esta materia del sistema bancario y financiero a final de cuentas qué debemos lograr? Que las empresas establecidas en México y concretamente ustedes, los exportadores mexicanos, tengan acceso a las mismas condiciones crediticias en términos de tasas, plazos y garantías, las mismas condiciones que tienen sus competidores en el mundo, mientras no haya competitividad en el sistema financiero difícilmente habrá economía competitiva también.
Y algo fundamental, que no por mencionarlo casi al final es menos importante, yo diría que ahora se vuelve lo más importante, tenemos que ofrecer seguridad a las familias y a los inversionistas, seguridad para las personas, seguridad para su patrimonio, seguridad para las empresas y es válido decirlo: en esta zona del país, para mí muy querida, esta zona de tierra caliente en los límites de Guerrero y Michoacán, donde la delincuencia organizada ha dado pasos por delante de la autoridad. Tenemos que cambiar esta lógica destructiva que está poniendo a nuestro país en peligro.
Un tema que ustedes han abordado y me parece de la importancia primordial, es cómo aprovechar nuestro potencial exportador para que su vez sirva, como sirvió en la década de los 90s, como un motor poderoso para hacer crecer la economía y para poder utilizar esa poderosa locomotora no sólo necesitamos echarle combustible y tener las vías bien construidas, sino necesitamos eslabones claros que permitan que esa locomotora esté vinculada al aparato productivo.
De ahí la enorme trascendencia de una política de cadenas productivas orientadas a la exportación, una política que incluya a los mayores generadores de empleo en México, que son las medidas y pequeñas empresas y una política que nos de competitividad también, porque la integración de clusters no es solamente una forma de generar más actividad productiva, sino también una forma de reducir costos y de impulsar el desarrollo.
Yo quiero reiterarles amigos que van a tener en mi gobierno un aliado para que el sector exportador y México en general sea más competitivo, para que ganemos mercados, para que generemos empleos dignos, para que esos empleos tengan una mejor paga.
Yo quiero ser un aliado y un amigo para qué, para mejorar la infraestructura, puertos, carreteras, aeropuertos, redes ferroviarias, disminuir los costos del comercio exterior, para buscar que las empresas mexicanas produzcan no en condiciones de privilegio, en las mismas condiciones de costos energético y tributario de los países con los que competimos.
Quiero ser un aliado también para que tengamos trabajadores mejor capacitados y para que nuestra gente también pueda vivir en mejores condiciones de calidad de vida, para que vinculemos también a la industria con la investigación y la tecnología.
Un aliado, como he dicho, para garantizar que los inversionistas que se arriesgan y salen a conquistar mercados, tengan reglas claras y seguridad por parte del Gobierno mexicano; particularmente en esto, como les he dicho, tendrán un aliado para hacer valer la primera, me queda muy claro, la primera irrenunciable y más importante obligación del Estado que es el compromiso de la legalidad y del Estado de derecho, como dice la promesa que le haré a los mexicanos el 1º de diciembre al rendir protesta, la promesa de guardar y hacer guardar la ley y la Constitución.
Pueden estar seguros de que nadie estará en la convicción de que pueda estar por encima de la ley y que vamos a luchar con todos los recursos del Estado para asegurar la integridad física y patrimonial de las familias mexicanas.
Hay que decirlo, en México se ha ido perdiendo el respeto por la ley y por la autoridad y eso implica, en cierto sentido, a final de cuentas se ha ido perdiendo respeto por los demás, se ha ido perdiendo respeto por la comunidad que somos, por la sociedad en que vivimos, por el país que tenemos, y debemos trabajar arduamente para recuperar la capacidad del Estado para hacer frente a la delincuencia y al terrorismo.
Eso implica, amigos, tareas difíciles. Lo hemos perdido o lo estamos perdiendo, precisamente porque hacer frente a ese desafío implica costos de todo tipo, y por eso probablemente se opte por otras soluciones.
Yo creo que aquí no hay camino alternativo más que el de recuperar y fortalecer la capacidad del Estado para darle garantías a los ciudadanos y en eso quiero ser también honesto en el planteamiento: no será fácil, no será rápido, sería pretencioso el ofrecer resultados inmediatos, sería una jactancia imperdonable decir que la solución está simple y sencillamente al alcance de la mano.
Nos va a costar trabajo, nos va a costar tiempo, nos va a costar recursos económicos también, hay que decirlo, y nos va a costar por desgracia, muy probablemente también, vidas humanas; pero sepan ustedes que para mi no hay otra alternativa, esta será una batalla difícil, dura, pero la vamos a enfrentar y la vamos a ganar con el apoyo de todos los mexicanos.
Tengan la seguridad de que mi gobierno además trabajará para que se respeten los derechos de propiedad, las patentes, se cumplan los contratos, se pueda exigir su cumplimiento; para que las aduanas sigan mejorando su funcionamiento y funcionen con transparencia y que no exista tolerancia hacia la corrupción de los servidores públicos.
En suma, tendrán en la Presidencia de México y en su gobierno un aliado para contribuir en términos de mercado, en términos de competitividad, en términos de incentivos correctos, en términos de responsabilidad también, con la industria exportadora y, con ello, con el empleo de los mexicanos que es mi mayor preocupación.
Amigas y amigos:
Ustedes han sido uno de los principales detonadores de la economía nacional, sé de su enorme potencial de generación de empleo, de crecimiento económico, de divisas y por eso también sé que la exportación debe estar en el corazón de la política pública de México.
Sé que los empresarios jugarán un papel fundamental para construir el país ganador que queremos, y entender el término ganador es mucho más claro y mucho más directo para los exportadores que para cualquier o para muchos otros sectores de la vida nacional.
Ganar significa estar decididos a tomar las decisiones que debemos de tomar para tener éxito, entender a aquellos con los que competimos, entender las razones de su éxito y hacerlas propias.
Ustedes son quienes con creatividad, arrojo y visión de futuro, invierten y ponen en juego sus recursos para hacer que nuestro México siga floreciendo y su economía crezca. Hoy necesitamos su compromiso con México, sé que lo tenemos, lo han mostrado con hechos y sé que seguirá estando ahí en beneficio del país.
Los felicito por lo mucho que han logrado y los invito a que iniciemos con determinación una nueva etapa en la vida de nuestra patria, la etapa del México ganador que merecen los mexicanos que vienen, nuestros hijos.
Muchísimas gracias.
linocalderon2000@gmail.com