* Actual dirección inicia desmantelamiento del banco de desarrollo
* Será despedido el 18% de su personal.
Lino Javier Calderón
MEXICO.-Ante las crecientes dificultades presupuestales del gobierno federal y la mala planeación financiera para apoyar a las pequeñas y medinas empresas exportadoras del país, el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) que ahora dirige Héctor Rangel Domene, vive un proceso de achicamiento y desmantelamiento de sus principales programas de apoyo, denunció el Sindicato del organismo. Consultado por EL DIA, Alfredo Castro Escudero Secretario General del Sindicato Nacional Único y Democrático de los Trabajadores del Banco Nacional de Comercio Exterior (Sinudet-Bancomext), dijo que a pesar del rechazo reciente en el Senado para fusionar al Bancomext con Nafin y pronunciarse, las autoridades de Hacienda y Crédito Público se han empeñado en terminar la extinción del organismo al calificarlo de innecesario, sabiendo que es un pilar de las exportyaciones mexicanas, principalmente hacia Estados Unidos. Para el sindicalista la banca de desarrollo vive una de sus principales crisis financiera, algo que oculta el gobierno federal y ante la premisa de la reducción presupuestaria se busca eliminar programas quer han apoyado al pequeño exportador mexicano. Dijo que a pesar del debate que se ha dado en el Senado a favor de soluciones en torno al devenir de la Banca de Desarrollo nacional, las autoridades de Hacienda han decido seguir el desmantelamiento de la Institución y alinearlo a una virtual fusión de facto. Castro Escudero explicó que en efecto, la Administración del Bancomext anunció un nuevo recorte de personal de alrededor de 100 personas (18% del personal actual), con lo que el ajuste en lo que va del sexenio actual alcanzaría más del 50%. Ninguna otra institución de Banca de Desarrollo ha sufrido embate igual. Además de unilateral y excluyente, para el Sinudet-Bancomext la acción gubernamental es a todas luces irresponsable, ante la nueva composición de la Cámara de Diputados que por mucho no garantiza fusión alguna. Explicó que ante el fracaso de la iniciativa presidencial para dar la puntilla al Banco Nacional de Comercio Exterior y fusionarlo con Nacional Financiera, frenada a finales de abril por el Senado de la República, las autoridades han resuelto proseguir el desmantelamiento de la institución por la vía de los hechos y anunciaron ya otro recorte de 18% en la plantilla de personal. Desde el inicio del “gobierno del empleo” en 2006 hasta el cierre de 2008, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el personal del Bancomext disminuyó casi 40%, proporción que sube a 66% si se consideran los recortes ejecutados durante el gobierno foxista. El recorte previsto implicaría la salida adicional de unos 100 trabajadores y funcionarios, con lo que la sangría de personal llegaría a 50% en la primera mitad del sexenio calderonista y 72% desde el año 2000. El ajuste laboral en puerta entraña, en consecuencia, un franco desdén hacia los acuerdos del Congreso de la Unión, sumado a una grave irresponsabilidad oficial al ahondar el debilitamiento del Bancomext en aras de un proyecto de fusión más que discutible e incierto. Tampoco se toma en cuenta el notable repunte de la posición financiera y la actividad crediticia de la institución, con un superávit operativo de 281 millones de pesos en el primer semestre de 2009, ni su importancia clave en las propias políticas contracíclicas gubernamentales y las tareas mayores de fomento productivo, mediante la entrega de crédito directo y de largo plazo a las empresas mexicanas. La nueva embestida contra el Bancomext, en suma, merece el más enérgico rechazo por ser ajena al interés nacional, socavar las capacidades institucionales futuras del estado mexicano y descargar en los trabajadores el costo de políticas económicas incongruentes y fallidas
* Será despedido el 18% de su personal.
Lino Javier Calderón
MEXICO.-Ante las crecientes dificultades presupuestales del gobierno federal y la mala planeación financiera para apoyar a las pequeñas y medinas empresas exportadoras del país, el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) que ahora dirige Héctor Rangel Domene, vive un proceso de achicamiento y desmantelamiento de sus principales programas de apoyo, denunció el Sindicato del organismo. Consultado por EL DIA, Alfredo Castro Escudero Secretario General del Sindicato Nacional Único y Democrático de los Trabajadores del Banco Nacional de Comercio Exterior (Sinudet-Bancomext), dijo que a pesar del rechazo reciente en el Senado para fusionar al Bancomext con Nafin y pronunciarse, las autoridades de Hacienda y Crédito Público se han empeñado en terminar la extinción del organismo al calificarlo de innecesario, sabiendo que es un pilar de las exportyaciones mexicanas, principalmente hacia Estados Unidos. Para el sindicalista la banca de desarrollo vive una de sus principales crisis financiera, algo que oculta el gobierno federal y ante la premisa de la reducción presupuestaria se busca eliminar programas quer han apoyado al pequeño exportador mexicano. Dijo que a pesar del debate que se ha dado en el Senado a favor de soluciones en torno al devenir de la Banca de Desarrollo nacional, las autoridades de Hacienda han decido seguir el desmantelamiento de la Institución y alinearlo a una virtual fusión de facto. Castro Escudero explicó que en efecto, la Administración del Bancomext anunció un nuevo recorte de personal de alrededor de 100 personas (18% del personal actual), con lo que el ajuste en lo que va del sexenio actual alcanzaría más del 50%. Ninguna otra institución de Banca de Desarrollo ha sufrido embate igual. Además de unilateral y excluyente, para el Sinudet-Bancomext la acción gubernamental es a todas luces irresponsable, ante la nueva composición de la Cámara de Diputados que por mucho no garantiza fusión alguna. Explicó que ante el fracaso de la iniciativa presidencial para dar la puntilla al Banco Nacional de Comercio Exterior y fusionarlo con Nacional Financiera, frenada a finales de abril por el Senado de la República, las autoridades han resuelto proseguir el desmantelamiento de la institución por la vía de los hechos y anunciaron ya otro recorte de 18% en la plantilla de personal. Desde el inicio del “gobierno del empleo” en 2006 hasta el cierre de 2008, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el personal del Bancomext disminuyó casi 40%, proporción que sube a 66% si se consideran los recortes ejecutados durante el gobierno foxista. El recorte previsto implicaría la salida adicional de unos 100 trabajadores y funcionarios, con lo que la sangría de personal llegaría a 50% en la primera mitad del sexenio calderonista y 72% desde el año 2000. El ajuste laboral en puerta entraña, en consecuencia, un franco desdén hacia los acuerdos del Congreso de la Unión, sumado a una grave irresponsabilidad oficial al ahondar el debilitamiento del Bancomext en aras de un proyecto de fusión más que discutible e incierto. Tampoco se toma en cuenta el notable repunte de la posición financiera y la actividad crediticia de la institución, con un superávit operativo de 281 millones de pesos en el primer semestre de 2009, ni su importancia clave en las propias políticas contracíclicas gubernamentales y las tareas mayores de fomento productivo, mediante la entrega de crédito directo y de largo plazo a las empresas mexicanas. La nueva embestida contra el Bancomext, en suma, merece el más enérgico rechazo por ser ajena al interés nacional, socavar las capacidades institucionales futuras del estado mexicano y descargar en los trabajadores el costo de políticas económicas incongruentes y fallidas
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